¿Si me atrae otra persona que no es mi pareja es que le he dejado de querer? ¿Si la abrimos será el fin de nuestra relación? Mil preguntas como esta se nos pasan por la cabeza ante el desconocimiento de estas nuevas formas de relaciones que son las no monogamias. Antes de responder a estas preguntas y otras podemos hacer un repaso del significado de varios conceptos que suelen llevar a confusión. Las no-monogamias son un conjunto de estilos relacionales sexoafectivos (o no) que surgen en contraposición con la monogamia tradicional. En la monogamia, dos personas se vinculan sexo afectivamente con exclusividad en ambos aspectos, es decir, esas personas se prometen fidelidad y tener vinculaciones emocionales o encuentros sexuales con personas fuera de esa relación se considera infidelidad. En las no monogamias se busca romper esta estructura que tradicionalmente ha dado lugar a los ya muchas veces escuchados “mitos del amor romántico”, según los cuales solo podemos enamorarnos de una persona a la vez, esa persona nos pertenece, hay una sola persona predestinada a estar con nosotros y con la que encajamos al cien por cien.. etc. En estas nuevas estructuras relacionales se rompen estos mandatos para relacionarnos de diferentes maneras en las que de forma consensuada se acuerda que los miembros de la pareja tienen ciertas libertades que en las monogamias tradicionales no tendrían.
Éstos son sólo unos pocos moldes donde poder empezar a basar nuestras relaciones no monógamas, pero la realidad es mucho más compleja que todo esto. Cada relación es única y se han de llegar a acuerdos en común que delimiten de forma personalizada nuestras necesidades afectivas y hasta que punto nos sentimos cómodxs con algunas prácticas concretas. Ahora si, ya puedo responder algunas de las preguntas que se planteaban en un principio. Entrar en una monogamia no implica necesariamente que hayamos dejado de querer a nuestra pareja (si es que estamos en una monogamia), si no comprender que una sola persona no puede suplir todas nuestras necesidades ni nosotros suplir todas las que tenga nuestra pareja. Evolutivamente, no somos una especie inherentemente monógama, si no que es una elección que hacemos conscientemente o por inercia. Es decir, es biológicamente posible, y probable, que nos puedan atraer más de una persona al mismo tiempo sin eso implicar la disminución del amor por ninguna de ellas. Por otro lado, otras de las cuestiones que mas me plantean los pacientes cuando trato estos temas en consulta es si la no monogamia puede llevar a la ruptura de la relación. Y la respuesta a esto es: depende. Depende entre otras cosas del motivo por el que se ha abierto la relación, en qué momento estáis en ese instante, si alguno de los miembros de la relación está pasando un mal momento o tiene dificultades emocionales que afectan a la dinámica de la relación.. etc. Al igual que en las monogamias, puede haber varios motivos por los que se rompa una relación, pero es innegable que retar los mandatos sociales y nuestros propios patrones aprendidos de una sociedad monógama puede ser todo un reto en cuanto a la gestión de la misma si no tenemos experiencia en ello. Ir a terapia de pareja no siempre viene motivado por un momento complicado en la relación, sino que también es de mucha ayuda en situaciones como estas en las que nos enfrentamos a retos y queremos afrontarlos de la manera más sana y menos dolorosa posible. Por eso en mi consulta llevo años ayudando a pacientes individualmente o en pareja a afrontar retos como la toma de decisión de si abrir la relación o no, qué puntos son importantes acordar, la gestión de los celos..etc. |
AutorasMaría Tambo. |